lunes, 15 de abril de 2013


Sobrepoblación Mundial


Sobrepoblación es un término que se refiere a una condición en que la densidad de la población se amplía a un límite que provoca un empeoramiento del entorno, una disminución en la calidad de vida, o un desplome de la población.

El impacto que las poblaciones humanas ejercen en el ambiente natural es severo. Muchas especies animales y vegetales han sido extinguidas por el avance de las manchas urbanas, la contaminación es un problema cada día más grande por el uso de más coches y la industrialización de los países emergentes.
La densidad de la población es el número de habitantes que viven en un área específica, por ejemplo: 100 habitantes por Kilómetro cuadrado.
La sobrepoblación humana ha sido influida por factores diversos, como el incremento en la duración de la vida, la ausencia de enemigos naturales, la mejora en la calidad de vida, y la accesibilidad a mejores bienes.
La población mundial aumenta en más de 81 millones de personas por año. Cada 10 años, alrededor de mil millones de habitantes se añaden a la población mundial.


El mundo ya cuenta con 7 mil millones de personas, lo que nos lleva a preguntarnos cuántos de los que vivimos en este planeta podremos hacerlo con dignidad, es decir, con la certeza de una vida saludable, con alimento suficiente para ello, un empleo que nos permita un subsistencia aceptable para nosotros y nuestra descendencia.
 Con esta impresionante cifra, la mitad de la población registrará menos de 25 años; de entre ellos, uno de cada cuatro es un adolescente. Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), el número representa la más grande generación de jóvenes y niños que haya registrado la humanidad.
El aumento demográfico se mide en cuestiones de impacto en la seguridad alimentaria, el desempleo, la sostenibilidad ambiental y las migraciones internacionales. Los cuatro temas viven hoy encarnizados debates en cuanto pros y contras y se reflejan en tópicos sumamente preocupantes para los gobiernos quienes aún no logran ponerse de acuerdo para solucionar la escases de alimentos y la raquítica situación del campo, las crisis financieras que han parido manifestaciones y marchas en todo el mundo, el cambio climático y las problemas entre fronteras.
¿Soluciones? Complicado argumentar solo una que deje conformes a todos si tomamos en cuenta que la vida y su concepción es un asunto que involucra aristas religiosas, morales, sociales y de educación.


 En el año 1900 el planeta contaba 1, 650, 000, 000 habitantes; el número creció a 4, 435, 000, 000 para 1980. En el 2008 la ONU anunció que sumamos 6, 672, 000, 000 personas sobre la Tierra y anticipó que en el 2050 la población mundial oscilaría entre las 7, 700, 000, 000 y 11, 200, 000, 000 personas. Es el 2011 y ya somos siete mil millones. Parece que vamos más adelantados de lo que los pronósticos señalaban.
Debido al aumento en los asentamientos humanos, cada año se cortan 16 millones de hectáreas de bosque.



El crecimiento acelerado de las poblaciones humanas ha propiciado la destrucción de los hábitats naturales para muchas especies. La gente invade los hábitats de esas especies, desplazándolas a lugares inhóspitas y condenando a las especies nativas a la extinción masiva. La tasa presente de la extinción es 10000 veces más rápida que la que ocurre en forma natural.
Cerca de 5 millones de personas mueren cada año por enfermedades asociadas con los desechos orgánicos.
Las necesidades de agua aumentan  10 % cada año. Desde 1900 se ha perdido la mitad de los mantos acuíferos mundiales.

En Estados Unidos de América, el consumo de materiales (madera, metales, sintéticos, etc.) ha crecido 18 veces desde el año 1900.

La capa de Ozono ha sido arruinada gradualmente por el efecto de los CFCs (Cloro-fluoro-carbonos). La concentración de CFCs ha aumentado conforme al crecimiento de las poblaciones humanas, y el espesor de la capa de Ozono ha disminuido al punto de que se ha formado un hoyo en dicha capa.

Los científicos hemos encontrado que hay otras emisiones derivadas de las actividades humanas que han contribuido al agotamiento de la capa de ozono. 

Diariamente, las comunidades humanas densas producen toneladas de desechos sólidos (basura orgánica e inorgánica), consumen grandes cantidades de energía y emiten más agentes contaminantes al ambiente.


En conclusión, cuantos más seamos, menos recursos naturales. Algún día a una generación del futuro le va a tocar soportar las consecuencias de nuestra historia, para que finalmente de a poco se vaya apagando la raza humana hasta que desaparezca. Eso es un hecho. No podemos creernos inmortales, mucho menos cuando dependemos completamente del comportamiento de la naturaleza y del funcionamiento de nuestro planeta. La ecología puede ayudarnos a darle bastantes años más de vida a la Tierra, en otros casos a que en el futuro no escaseen de forma precipitada recursos muy valiosos (como el agua, «aire puro», los minerales de la tierra misma para cosechar, etc, etc), que la gente en el futuro muera con tanta agonía es muy cruel. Pero en algún momento eso va a ocurrir, antes o después la extinción de la raza humana ocurrirá. A menos que colonicemos algún planeta habitable y sigamos ahí, argumento que no descarto tan solo porque me encanta la ciencia ficción y no porque sea algo viable a tener en cuenta.

Ahora bien, soluciones fáciles no hay y tampoco soy demasiado optimista a que pueda encontrarse una real solución al problema, que es cómo evitar que las generaciones futuras agonicen y sufran por falta de algunos recursos indispensables mientras el resto del planeta sigue aun funcionando. La preocupación no es la muy lejana desaparición absoluta del ser humano como especie, sino la forma en que lo vaya haciendo.
Para poder empezar a hablar de soluciones hay que despejar ciertos tabúes, hablar claro y racionalizar las cosas que realmente importan. Cuando esto pueda lograrse, sobre todo desde el lado de los líderes mundiales sin reproches de lo que opine «la masa» (sabemos que ninguno quiere cargar con el peso político de decisiones polémicas que puedan restar votos), recién ahí se presentará otro panorama sobre el que se pueda actuar. Me refiero ni más ni menos que a la procreación. Es inadmisible, intolerable y muy preocupante que hoy una familia tenga más de tres hijos (cantidad que se me antoja razonable). En el transcurso de los años deberá bajarse a dos y mucho más adelante a tan solo uno. Llegará el momento (muy lejano y bastante hipotético) en que ya no será posible tener hijos.

En México (y esto es solo una estimación general) las familias de bajos recursos se componen de cinco o más hijos. Algo que carece toda lógica. Lo mismo ocurre en tantos otros países. Una respuesta no es matar a los recién nacidos para corregir las cantidades, como lo hiciera la China comunista. Si tenemos en cuenta que por segundo a nivel mundial nacen 5 personas y mueren 2, la solución no es matar 3 personas por segundo para emparejar las cosas, sino sencillamente controlar la natalidad. Como consecuencia directa se mejorará la calidad de vida de quienes nazcan y eso es lo que hay que buscar.
Esto no se logra de un día para otro, son medidas a muy largo plazo, al menos de acá a 50 o 100 años. Por tanto deberían comenzar a tratarse estos temas hoy, para no sufrir catástrofes en el futuro. Más aun si estamos mejorando la calidad de vida y la esperanza de vida de las personas en tantos países, me refiero a curar cientos de enfermedades, cirugías avanzadas, en promedio la gente vive más años, etc.

El interrogante es si estamos preparados para realizar acciones de las que no veremos resultados inmediatos. Pues lo que debe hacerse en primer lugar es una universal campaña de concientización sobre la problemática de traer demasiados niños al mundo. Luego de unos años podrían comenzar a aplicarse algunas medidas que de forma paulatina se extenderían en todo el mundo. Asesoramiento, ayuda, apoyo terapéutico en determinados casos, asistencia médica oportuna, etc. Finalmente, luego de otros tantos años podrían comenzar las sanciones y tal vez métodos más radicales de esterilización (se me ocurre ligadura de las trompas de falopio en la mujer y vasectomía en los hombres con tres hijos).


Lo que está claro es que tener 10 hijos no es celebrar la vida y llevar a cabo la gracia de Dios. Por otra parte tampoco puede justificarse con «tengo dinero, puedo permitirme una familia numerosa», tener hijos no es como ir de compras al shopping, son seres humanos que deben crecer, alimentarse, educarse y vivir en este mundo.
Entiendo que este post puede tocar susceptibilidades y pecar de poco sensible, pero son temas que deben comenzar a debatirse hoy mismo, por más que algunos increíblemente insistan en que no hay sobrepoblación. Ya hemos llegado a los 7 mil millones de habitantes en el planeta y que inevitablemente seremos cada vez muchos más.